Garfield es un gato callejero, muy callejero: se pelea a menudo y escapa en cuanto te acercas. Pero es lo suficientemente listo como para tener su refugio en el jardín de Marta y Alejandra, en Sevilla la Nueva. Allí come y duerme cada día, siguiendo rutinas fijas que permiten ver qué tal está.
Hace unas semanas Alejandra nos avisó porque Garfield tenía una herida en una pata delantera y cojeaba. Se veía que tenía la pata hinchada, parecía un jamón.
Lo capturamos gracias a que Alejandra lo encerró previamente. En el veterinario lo sedaron, vieron que no tenía fracturas, le hicieron las curas que necesitaba y le pusieron analgésico y antibióticos. Todo provenía de alguna pelea.
Ya hemos dicho que Garfield es listo. Estuvo convaleciente unos días, y en cuanto se sintió seguro comió muy bien. Cuando comprobamos que se encontraba mejor lo retornamos al jardín.
Una vez recuperado del todo, lo próximo será capturarlo de nuevo y esterilizarlo, para que lleve una vida más tranquila y no genere más gatitos en la calle.
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