La semana pasada empezó una obra en el solar de la calle Colón 21, en Sevilla la Nueva. Allí hay una colonia felina autorizada, y no se tomó ninguna precaución para que los obreros tuvieran cuidado, ni para que los gatos no se dispersaran.
Por suerte los gatos están bien y han vuelto a la zona. Ahora hay que habilitar y autorizar otro lugar para alimentarlos.
Desde el Ayuntamiento nos comunican que van a mejorar los procedimientos para estos casos: se debe avisar a los gestores de la colonia con antelación y habilitar un nuevo punto de alimentación autorizado antes de iniciar la obra.
Lo importante de cara al futuro es que antes de transformar un espacio se valore cómo afecta a la fauna urbana y la flora existentes. A partir de ahí se deben definir procedimientos para que no se dañe lo que es patrimonio de todos.